4 de febrero de 2014

RELACIÓN "PADRE-HIJO-ENTRENADOR"

#Artículo ofrecido por elmarkitecto.es#

En muchas ocasiones existen conflictos generados por la actividad deportiva de nuestros hijos cuando los padres nos implicamos proyectando "nuestras ilusiones" en ellos. Hasta cierto punto esto es normal, son nuestros hijos y queremos ver su evolución, pero sobre todo queremos ayudarles. ¿Lo estamos haciendo bien?. Quizás la mejor respuesta la tienen nuestros hijos.

En estas breves líneas os voy a plasmar como los padres nos implicamos:

  • Normal: comunicación abierta, libertad de decisión por parte del hijo, apoyo mutuo.
  • Distante: falta de interés y apoyo por parte de los padres; falta de participación deportiva por parte de los hijos.
  • Sobreimplicada: los padres satisfacen sus propias necesidades deportivas a través de su hijo, a quién dirigen más de lo que lo apoyan; los hijos reciben apoyo o "castigo" en función más de sus resultados que de su progreso deportivo y sienten una gran presión sobre sí mismos.
Cuando un padre decide apuntar a su hijo a una actividad deportiva, la figura del entrenador/monitor entra en juego de una manera muy activa y en ocasiones el triángulo padre-hijo-entrenador se hace complicado. Para que esto no afecte al niño, el entrenador y el padre, deben establecer una reglas de comunicación basadas en el sentido común. ¿Qué queremos para el niño?. Por seguir una pautas básicas, podemos resumirlas en los siguientes consejos:
  1. Establecer una guía de trabajo conjunto entrenador-padre. Ojo! esto no quiere decir que el padre se meta en la metodología de entrenamiento impuesta por el Club/Escuela. La función del progenitor en este caso es informar al entrenador de las motivaciones de su hijo para encontrar el mejor camino para el niño. Por otra parte el deber de un entrenador, al igual que el profesor del colegio, es informar de la evolución deportiva del niño.
  2. Tratar al niño siempre igual si gana como si pierde, sin olvidarnos de las recompensas.
  3. Vigilar la conducta del niño. Un deporte como el fútbol es pasto de muchas "faltas de ortografía verbales". Es necesario fomentar los buenos modales y el respeto.
  4. Control en la grada. En ocasiones el "desenfreno verbal" de los adultos es la mejor clase de ignorancia que le podemos dar a los niños. Ellos lo repetirán.
  5. Escuchar al niño. Preguntarle y dejarle hablar. Nos dará una "clase magistral" de lo verdaderamente importante: sus sentimientos.
Y nunca nos podemos olvidar del verdadero motivo de realizar un deporte. DIVERTIRSE PRACTICÁNDOLO. 

Autor: Juan Pantín 

2 comentarios :

  1. Muy Buenos Días Juan Pantín, totalmente de acuerdo con su artículo.Tenemos que escuchar a nuestros hijos, hay que dejarles cierta autonomía, pero eso sí, siempre supervisando la actitud de ellos frente a los demás y,las palabras mal sonantes omitirlas de nuestro vocabulario, que aún así, las oirán en otros alumnos del colegio y ya tenemos los padres, ardua tarea en corregir.Le deseo todo lo mejor y, los más importante: la vocación de estar siempre pendiente de formar a nuestros hijos e inculcarles valores, que se van perdiendo por falta de comunicación, padres e hijos. Muchísimas Gracias por Su Gran Labor. Mi Más Sincera Enhorabuena.

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  2. Gracias!. El mérito es de todo el equipo que formamos la Escuela de Fútbol Alhaurín de la Torre. Mi labor es comunicar los valores de esta escuela. Mis compañeros me lo hacen más fácil.

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